La muerte, un estado donde se es feliz,
En la paz y el estupor del silencio incomprendido,
Donde
demonios y lobos esperan como
locos.
Seres de otro mundo salen de sus tumbas a
caminar por sus campos
Tranquilos, pensando en aquel pasado
desconcertante delictivo,
Suenan los vientos de noche, suenan
aquellos llantos malogrados,
Tristemente invadiendo recuerdos trágicos inconcebibles.
Brisas rosando el césped de las tumbas, de las risas tristes
Jugando
por un instante a una realidad de
pasos impíos,
Lamentablemente en estas tumbas hay secretos, lamentos,
¡Solamente el destino sabrá! cuantas más
estarán acá.
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